Anatomía de tu protector solar: Todo lo que necesitas saber

Anatomía de tu protector solar: Todo lo que necesitas

Anatomía de tu protector solar: Todo lo que necesitas

Cuando tomas un protector solar, seguramente ves una lista de términos en la etiqueta que podrían parecer un poco técnicos. Pero entenderlos es crucial para elegir el producto adecuado y proteger tu piel correctamente. ¡Aquí desglosamos todo lo que necesitas saber!

SPF/ FPS:

Es la abreviatura de “Sun Protection Factor” o “Factor de Protección Solar”.  El SPF es un número que indica la cantidad de tiempo que puedes estar expuesto al sol sin quemarte, en comparación con no usar protector solar. Por ejemplo, un SPF 30 significa que puedes estar 30 veces más tiempo al sol sin quemarte.

Rayos UVA y UVB:

Rayos UVA (Envejecimiento):

Representan el 95% de los rayos UV que llegan a la Tierra. Estos penetran profundamente en la piel (epidermis y dermis), causando arrugas, pérdida de elasticidad y manchas.

Rayos UVB (Quemaduras):

Constituyen el 5% restante. Aunque no penetran tan profundamente, son los responsables de las quemaduras solares y el bronceado. También dañan el ADN de las células de la piel.

HEVL:

La luz azul (HEVL, por sus siglas en inglés) es emitida por el sol, pero también por dispositivos electrónicos como teléfonos, tablets y computadoras, que contribuye al estrés oxidativo, acelera el envejecimiento de la piel e incluso puede potenciar la hiperpigmentación.

Consejo: Si pasas mucho tiempo frente a pantallas, busca un protector que indique protección contra la luz azul.

PA++++ :

Si el SPF nos indica el nivel de protección solar frente a los rayos UVB, el PA lo hace contra los UVA, esta medida divide su protección en:

PA+ (Poca protección contra UVA).

PA++ (Protección moderada contra UVA).

PA+++ (Protección alta contra UVA).

PA++++ (Protección muy alta contra UVA)

IR-A:

Indica la protección contra la radiación infrarroja tipo A, que genera calor, penetra profundamente en la piel y acelera el envejecimiento. Los protectores solares con esta etiqueta suelen incluir antioxidantes o filtros especializados para minimizar su daño.

PPD:

(Persistent Pigment Darkening) mide cuánto protege un protector solar contra el oscurecimiento de la piel causado por los rayos UVA. Complementa al SPF al enfocarse en el daño de largo plazo.

Ejemplo práctico:

Un PPD 10 significa que la piel tarda 10 veces más en oscurecerse bajo el sol que si no usaras protección.

Resistente al agua o Water-Resistant:

Esto no significa que el protector solar sea impermeable, pero sí que mantiene su efectividad durante un tiempo mientras nadas o sudas. Reaplica siempre cada 2 horas para garantizar una protección adecuada.

Filtros físicos / Filtros químicos:

Filtros físicos: Como el óxido de zinc y el dióxido de titanio, reflejan los rayos del sol. Son ideales para pieles sensibles.

Filtros químicos: Absorben los rayos UV antes de que dañen tu piel. Suelen ser más ligeros y cosméticamente agradables.

Entender tu protector solar es el primer paso para proteger tu piel y mantenerla saludable a largo plazo. Ahora que conoces la anatomía de tu protector solar, ¡asegúrate de elegir el que mejor se adapte a tus necesidades!